Con el crecimiento de la población, se vio la necesidad de destinar mayores espacios de tierra para el cultivo de alimentos, y este aumento en la producción agrícola trajo consigo un incremento en el uso de plaguicidas. Sin embargo, aunque estos son destinados a la protección de los cultivos y representan cierta ventaja para el control de diferentes enfermedades de las plantas, traen consigo ciertos riesgos inherentes, dadas las características de sus ingredientes activos, que se potencializan cuando se hace un uso inadecuado de los mismos, así los medios biótico, abiótico y social pueden verse gravemente afectados si no se adoptan buenas prácticas durante su ciclo de vida.
El abuso de plaguicidas por desconocimiento de cómo, cuándo y con qué frecuencia deben aplicarse juega un papel importante en la generación de efectos no deseados sobre el medio ambiente, por lo que lo aconsejable es que la etiqueta sea un medio de consulta permanente para el agricultor, y este siga todas las recomendaciones allí establecidas, tales como: aplicación con la dosis recomendada en la etiqueta, cumplimiento de las franjas de seguridad, etc.
Por otro lado, aunque si bien es cierto que son muchos los daños que pueden causar los plaguicidas a la salud, es una práctica común que los agricultores realicen las aplicaciones sin ningún tipo de protección. Esto se da en gran parte por el desconocimiento de los efectos adversos que estos pueden provocan en la salud. En el país se ha reportado un gran número de intoxicaciones causadas por plaguicidas. De ahí la importancia del uso de elementos de protección personal, para reducir así el riesgo de exposición y la consecuente generación de impactos adversos a la salud de quienes realizan las aplicaciones.
El manejo inadecuado de los envases también genera afectaciones tanto al medio ambiente como a las personas, hace varios años era una práctica común enterrar los envases, pero esto generaba contaminación de suelos y fuentes de agua. Así como la reutilización de envases de plaguicidas para transportar alimentos o agua, es extremadamente peligroso para la salud de aquellos que comen o beben de ellos.
Justamente es por
eso que se debe propender por la protección de la salud humana y el medio ambiente, con el fin de minimizar los posibles riesgos negativos que se puedan durante las etapas de manipulación, mezcla, aplicación y disposición de los residuos así como de los envases.